¿Y tú bebes o maridas?

Hace años, cuando el vino y muchas cosas más no eran lo que son ahora, la gente bebía tranquilamente una copita de vino sin pararse a pensar de qué tipo de uva estaría hecho o con qué "maridaría" bien. Se tomaban unas simples tapitas de jamón, chorizo o queso, sin "emulsiones" de ningún tipo y siendo lo que eran, y no ningún tipo de "trampantojo" y bebían la copita sin sufrir ningún tipo de "experiencia", excepto si se tomaban más de cinco, que entonces si la sufrían y hasta el día siguiente.

Hoy no, hoy todo tiene su ritual, el vino tiene que estar abierto no se cuanto tiempo antes y tienes que decantarlo, ni se te ocurra el pecado de mezclar con Casera porque entonces lo estarás estropeando, aunque a algún  "pecador" simplemente le guste beberlo así. Y todo esto es por una simple moda, sin más, una moda más que rige nuestras vidas y de la que si osas apartarte puedes ser considerado incluso un descerebrado. En este rebaño el que se sale del camino es crucificado.

Pero todo esto se podría quedar en el vino, en la ropa o incluso en la comida, pero el problema es mucho más grave puesto que también pasa con la política, en la política también hay modas, se vota por modas y se sigue a un político determinado por modas. Ahora tenemos dos ejemplos claros que podrían ser Rivera e Iglesias, están tan de moda que aunque no cambien nada con que digan que lo van a hacer ya es suficiente, la gente se lo cree. Y es que además el público ha asimilado su discurso como un discurso propio, llegando mucha gente a citarles incluso de una manera literal, utilizando sus palabras o expresiones.

Yo tengo, lógicamente, mi opinión sobre ellos y la verdad es que Rivera no me cae mal, pero no le creo, y siento mucho no conseguir creerle, pero es así. El caso de Iglesias, como ya conocerá mucha gente, es distinto, no le creo y no me gusta. Si aplicáramos términos gastronómicos Iglesias podría ser el gran "trampantojo" de la política española.