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Las cosas claras



- ¿Juan? - Exclamó María.- Juan y yo no nos hemos reconciliado, ya no estamos juntos. Se fue a vivir con Elisa definitivamente. Lo intentamos, probamos. Le intenté perdonar, pero ni yo pude perdonarle, ni el podía olvidar a Elisa. Estaba enamorado de ella, Carlos, y ella de él. Estaba también Claudia, Juan está loco con su hija, es un buen padre. Lo nuestro terminó.

María no parecía tener dolor por todo aquello, ni siquiera resignación, se le veía bien. Le empezó a contar a Carlos cosas de su nueva vida. Había conseguido encontrar trabajo en una asesoría fiscal, la que llevaba los asuntos a Juan. Aparte de ser su asesor de toda la vida se habían convertido en muy buenos amigos. En cuanto María se acercó a su oficina a pedirle ayuda para encontrar trabajo, este, le ofreció un puesto que él mismo tenía vacante. Tras una ruptura dolorosa, como la que había sufrido con Juan, este trabajo supuso el comienzo de una nueva vida y le hizo todo mucho más llevadero.

Había encontrado un grupo de amigas con las que salir. Tomaban café, hacían excursiones y salían a menudo por la noche. María no había tenido tiempo de disfrutar nunca de la soltería. Llevaba con Juan toda la vida, desde muy joven, y se podían contar con los dedos de una mano las veces que ella había podido salir con amigas, sin novios de por medio, a disfrutar de una buena noche de juerga. Carlos se alegraba de verla tan bien y tan amoldada a su nueva situación personal. Los mellizos iban a verla con más frecuencia, seguían estudiando fuera y les iba muy bien en sus respectivas carreras.

Estas palabras le produjeron a Carlos un gran alivio. Veía que tenía vía libre con María. No estaba Juan y por lo que pudo indagar, de manera más o menos disimulada, tampoco había ningún otro hombre aunque algún escarceo si que reconocía haber tenido. Ella se excusaba por ello, como queriendo disculparse ante Carlos, algo a lo que Carlos no dio la más mínima importancia. 

María preguntó a Carlos, también, sobre su situación sentimental, no sin cierto temor. Los ojos se le iluminaron cuando Carlos le confirmó que no había nadie en su vida, que estaba solo. Parecía como si los dos se hubieran estado preparando durante cinco años para ese momento, como si se lo hubieran tomado con cierta calma. Se cogieron de la mano y se besaron. Se dieron un beso de relajación, un beso de complicidad. Un beso que, hasta ese momento, estaba prohibido al no saber el uno nada de la vida del otro. Certificaron desde ese momento que intentarían estar juntos. Que desde ese mismo momento comenzaba una nueva relación, una relación que había tardado cinco años en confirmarse y una sola noche en fraguarse. Certificaron que los dos se habían echado de menos durante ese tiempo.

Y en ese momento de alegría y felicidad hubo un solo reproche, el orgullo  de Carlos. El orgullo que había impedido que todo eso no hubiera llegado antes. El orgullo que había provocado que hubieran perdido cinco años de su vida sin verse. Carlos se disculpó ante María, reconoció haber sido un imbécil y reconoció que en ese momento él mismo se estaba reprochando todo aquello. De repente María miró su reloj.

- Vaya, se está haciendo muy tarde. Dame dos minutos Carlos, tengo que ir a casa de mi vecina un momento. Ahora mismo vuelvo.

María se fue rápidamente a casa de su vecina Concha. Concha era una mujer mayor y viuda de la que María le había hablado en algún momento. Mujer amable y cariñosa que siempre les había ayudado mucho, tanto a ella como a Juan. Cuando los mellizos eran pequeños y tenían que ausentarse, Concha se quedaba al cuidado de los niños. Los mellizos, según le había contado María alguna vez, la querían mucho y siempre que volvían al pueblo pasaban a saludarle. Había sido como una abuela para ellos. 

María parecía tener el tiempo calculado al segundo, a los dos minutos de ausentarse se volvieron a oir las llaves de la puerta de casa.

- Ya estoy de vuelta, Carlos. 

Carlos estaba extrañado. María entraba hablando con alguien, parecía venir acompañada. Se asomó a la puerta del salón sonriendo ante la extrañeza de Carlos y le miró fijamente. Entraba sola y él había oído perfectamente la voz de otra persona. María volvió a sonreír. Era una sonrisa de una gran dulzura y de una gran alegría, era una sonrisa de satisfacción e incluso de emoción. Le extendió sus manos para que se pusiera de pie, le abrazó y le susurró al oído.

- Antes me has preguntado por estos cinco años. Yo te he contado muchas cosas, pero todavía no te he contado lo mejor que me ha pasado en estos últimos cinco años.
- ¿Te falta por contarme lo mejor, María? ¿Y a qué esperas? - Contestó Carlos entre sorprendido y ansioso.
- Es verdad, ha llegado el momento. Lo mejor que me ha pasado en estos cinco años no mide ni metro y medio. Tiene cuatro años, se llama Carlos y está esperando escondido a que yo le llame para entrar. Le llamo, ¿no?
- ¡Si, claro!- Contestó Carlos emocionado.
-  Carlos, ya puedes entrar. Tu padre esta deseando darte un abrazo.


FIN



No estoy sorprendido 
no todo dura 
me han roto el corazon tantas veces 
que ya no hay mas rastros 
hablo por dentro 
y en voz alta 
lo tengo todo entendido 
luego decaigo 

Intente tanto no perderlo 
apareci con millones de excusas 
pense pense en cada posibilidad 

Y se que algun dia todo cambiara 
me haces funcionar asi que podemos intentarlo 
y te prometo que dare mas de lo que reciba 
solo que no te he conocido todavia 

Mmmmmmmmmmm 

Debo esperrar 
Nunca me rendire 
supongo que una mitad es tiempo 
y la otra wa cuestion de suerte 
donde estes 
cuando sea correcto 
apareceras de la nada en mi vida 

Y se que podemos ser tan increibles 
y cariño tu amor me va a cambiar 
y ahora puedo ver cada posibilidad 

Hmmmm 

Y se que algun dia todo cambiara 
me haces funcionar asi que podemos intentarlo 
y te prometo que dare mas de lo que reciba 
solo que no te he conocido todavia 

Dicen que todo es justo 
en el amor y en la guerra 
pero no necesitare luchar por ello 
podremos con ello? 
para estar unidos 

Y se que podemos ser tan increibles 
y cariño tu amor me va a cambiar 
y ahora puedo ver cada posibilidad 

Y se que algun dia todo cambiara 
me haces funcionar asi que podemos intentarlo 
y te prometo que dare mas de lo que reciba 
solo que no te he conocido todavia 

Solo que no te he conocido todavia 
oh te prometo nena 
darte mas de lo que reciba 

Dije amor amor amor amor amor 
no te he conocido todavia 
amor amor amor 
no te he conocido todavia

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